jueves, 6 de noviembre de 2008


FALSA CORAL




Los reptiles son vertebrados tetrápodos ectotermos que no experimentan metamorfosis alguna, carecen de gl ndulas cut neas y presentan un revestimiento externo de piel escamosa, coraza ósea, piezas córneas, piezas óseas o piel coriácea. éste es impermeable al agua y a los gases, por lo que la respiración es siempre pulmonar. No obstante, las tortugas acu ticas también pueden respirar por la piel, por el recubrimiento de la garganta o mediante sacos de paredes delgadas de la cloaca; gracias a estas y otras adaptaciones, las tortugas toleran los niveles bajos de oxígeno y las especies que invernan aletargadas bajo el agua pueden sobrevivir durante semanas sin tener que salir a la superficie.
Características generales
El aspecto externo de los reptiles es muy variable. La cabeza, bien desarrollada, presenta forma ovalada o subglobular unas veces y triangular otras. El cuello, bien determinado en algunas especies, se confunde en otras con la base de la cabeza y el principio del cuerpo; puede ser corto e inmóvil o largo y flexible.
El tegumento, recubierto de escamas de origen epidérmico, se caracteriza por estar siempre seco y ser impermeable. La epidermis tiene un estrato de células queratinizadas que se renueva periódicamente mediante la muda.
Escamas y coloración
Las escamas, de forma casi siempre triangular, pueden ser lisas, aquilladas o acanaladas y, por su disposición, imbricadas unas sobre otras, yuxtapuestas o separa-das. En algunos casos forman tubérculos o escudetes, que presentan infinidad de aspectos y de tamaños, o verdaderas placas separadas entre sí, con cubierta cornificada en todo el espesor de la piel, como las que aparecen en la cabeza de serpientes y lagartos.
Las escamas propiamente dichas son engrosamientos de la capa córnea de la epidermis. La dermis, a su vez, produce los denominados osteodermas, que estan presentes en todos los órdenes aunque no en las serpientes. Los osteodermas son pequeñas formaciones óseas laminares que se originan en lo más profundo de la dermis y que, al crecer, son empujadas hacia zonas más superficiales. La disposición de estas placas dérmicas es muy variable; en los tu taras se encuentran en la parte superior de la cola; en los cocodrilos, en cabeza, dorso y cola; en los saurios pueden estar soldadas a los hueso del cráneo o distribuidas por todo el cuerpo. La osificación de la dermis es particularmente importante en las tortugas, en las que aparece una verdadera caja formada por placas óseas, o caparazón, que cierra casi por completo el cuerpo del animal.
La coloración de los reptiles es muy variable y a menudo depende del medio en que viven, ya que muchas especies suelen adaptarse a él por homocromía o cripsis cromática, es decir por una semejanza cromática con el entorno. Muchos reptiles que viven sobre un suelo oscuro o en el barro tienen a menudo el mismo color oscuro del sustrato sobre el que se desplazan. Analogamente, muchos saurios y ofidios que viven en suelas arenosos son de colores ocr ceos o pardos pálidos, en tanto que los que viven sobre troncos de árboles tienen la misma coloración jaspeada y pardogris cea que la corteza. Otros reptiles arborícolas, que viven en cambio entre las hojas, tienen una librea verde que a menudo reproduce las irregularidades y variaciones cromáticas de las hojas.
Otras especies de coloración críptica cambian de color según el sustrato en el que viven. El agama del Cáucaso (Agama caucasica), por ejemplo, suele ser gris como las formaciones rocosas sobre las que habita, pero cuando las rocas son rojizas presenta manchas anaranjadas o de color rojo ladrillo. Rhotropus, un género de gecónidos que habitan sobre las rocas del suroeste de Africa, presenta una coloración muy clara cuando vive sobre mármol claro y otra casi negra cuando vive sobre rocas de diabasa; en las zonas donde cohabitan, estas dos especies no se aventuran nunca sobre las rocas cuya coloración no poseen.


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